por Brené Brown
"Atrévete a liderar (2018)" ahonda en el corazón de lo que se necesita para dirigir un equipo de éxito. Basándose en las ideas y la experiencia de la gurú del liderazgo Brené Brown, esta guía ilumina el camino para abrazar las emociones, enfrentarse al miedo al fracaso y emerger como una líder audaz en el feroz panorama actual.
Sobre la autora
Brené Brown, distinguida profesora investigadora de la Universidad de Houston, ha dedicado su carrera a estudiar los matices del valor y la empatía. Su publicación de 2012, Daring Greatly, consiguió un puesto en la lista de bestsellers del New York Times. Su charla TED, titulada "El poder de la vulnerabilidad", ha cautivado a más de 30 millones de espectadores, lo que la convierte en una de las presentaciones TED más vistas de la historia.
Embrace Courageous Leadership.
De Buenos Aires a Brisbane, de Toronto a Phnom Penh, los líderes de todos los niveles se enfrentan a una pregunta acuciante: ¿Cómo puedo elevar mi nivel de liderazgo?
Sorprendentemente, la esencia de un liderazgo impactante no se basa en la autoridad o el rango. Se trata de vulnerabilidad, autenticidad, valentía y valores inquebrantables.
En este resumen, desmitificaremos la vulnerabilidad. Profundizaremos en las estrategias para que tú y tu equipo integréis la vulnerabilidad en vuestras rutinas, haciendo hincapié en la importancia de alinear las acciones con los valores fundamentales, garantizando que las decisiones surjan de una convicción genuina.
Replantearse la vulnerabilidad en el liderazgo.
Reflexiona sobre esto: ¿Cuándo te sientes más expuesto?
Aunque la vulnerabilidad es una experiencia humana compartida, a menudo se interpreta erróneamente como fragilidad o incompetencia. El miedo a parecer desinformados nos frena.
En lugar de abrazar momentos de auténtica conexión y colaboración en la resolución de problemas, a menudo nos escudamos en defensas emocionales, erigiendo muros que impiden la auténtica comprensión y colaboración con nuestros colegas.
Pero aquí está el giro: la vulnerabilidad genuina es una fuerza formidable. Es el catalizador que impulsa a un líder decente hacia la grandeza. ¿Nuestra principal enseñanza? La vulnerabilidad personifica la valentía.
Se trata de expresar con franqueza los pensamientos y mantener la transparencia con tu equipo. La etimología de "valentía" se remonta al latín "cor", que significa "corazón". Históricamente, significaba "decir lo que se piensa revelando el corazón".
La vulnerabilidad es tu as. Es el cimiento del ingenio y la imaginación humanos, y exige estar dispuesto a aceptar los contratiempos. A menudo, son los tropiezos repetidos los que allanan el camino para ese momento "eureka" revolucionario que impulsa el progreso.
¿Crear espacios para la auténtica vulnerabilidad?
Nuestra siguiente idea fundamental es la siguiente: Los líderes valientes reservan intencionadamente momentos para conversaciones sinceras, defendiendo y buscando opiniones francas.
En la fase inicial de su empresa, Brené se enfrentó a un momento crucial. Su equipo buscó una conversación sincera, expresando sus problemas derivados de sus expectativas de tiempo poco realistas. Destacaron el estrés de sus plazos, a menudo inalcanzables.
Escuchar estas críticas fue duro. Sin embargo, Brené reconoció el valor de la claridad. Una comunicación clara fomenta una cultura en la que se busca y se dice la verdad, sentando las bases para el crecimiento y la evolución.
Todos aspiramos a evolucionar. Pero, ¿cuántos lo persiguen de verdad? Los estudios indican que la mayoría rehúye las conversaciones francas, por considerarlas conflictivas. Evitar estas discusiones puede ahorrarnos una incomodidad inmediata, pero ¿cuál es el precio a largo plazo de eludir diálogos desafiantes?
Cuanto más lo retrasamos, más desalentador se vuelve el problema. Se transforma en un obstáculo abrumador, que detiene nuestro progreso o nos obliga a abandonar el reto.
Así pues, emula a Brené. Dedica intervalos regulares a las reuniones de control con el equipo. Proporciónales una plataforma para que expresen sus preocupaciones o los obstáculos a los que se enfrentan.
Abordar los problemas empieza por la curiosidad. En lugar de una mera disculpa, escucha de verdad a tu equipo. Profundiza en el problema. Plantea preguntas como: "¿Puedes explicarme cómo te afecta esto?" o "Me encantaría comprender cómo te afecta esto". Si esto te resulta incómodo, es probable que vayas por buen camino.
Recuerda la pauta de los 8 segundos. El malestar intenso alcanza su punto álgido a los 8 segundos, y luego se suaviza. Aguanta esos momentos iniciales difíciles. Es mucho más manejable que abordar los problemas profundos que surgen de la negligencia.
Por último, está bien no tener soluciones inmediatas. Empieza asegurando a tu equipo tu compromiso con la resolución. Aclara que profundizarás en el asunto y volverás a examinarlo con perspectiva, asegurándote de no hacer promesas precipitadas e incumplibles.
Crear entornos de reunión que fomenten la autenticidad y la responsabilidad
El concepto de "hojas de permiso" puede revolucionar el paisaje emocional de tus reuniones. Estas hojas sirven como ritual previo a la reunión, y permiten a los miembros del equipo expresar su estado emocional actual, sus aspiraciones y sus preocupaciones.
Reparte pequeños trozos de papel a tu equipo y pídeles que anoten una emoción o acción que estén dispuestos a explorar durante la reunión. Esto puede hacerse individual o colectivamente, estableciendo el tono emocional de la reunión que se avecina.
La belleza de este enfoque reside no sólo en crear un espacio seguro para la expresión emocional, sino también en establecer un marco para la responsabilidad mutua. Imagínate esto: después de la reunión, te acercas a un colega y le preguntas: "Mencionaste que hoy estabas abierto a experimentar frustración. ¿Cómo te has sentido?
Del mismo modo, si alguien había escrito: "Me tomaré más tiempo antes de responder", pero notas que vuelve a las respuestas rápidas, se abre un momento para el diálogo significativo. Podrías decir: "Querías darte más tiempo para pensar antes de responder. ¿Te gustaría volver sobre esa intención más adelante en la reunión?".
Aprovechar las reuniones para abordar las lagunas de información y la disonancia narrativa
En el intrincado tapiz de una organización, las personas son los hilos que le dan forma y sustancia. Los seres humanos son criaturas narrativas, que buscan constantemente patrones e historias para navegar por su entorno.
Es probable que los miembros de tu equipo tengan un repertorio de narraciones en las que confían para dar sentido a sus funciones y tareas. El cerebro humano ansía resolución y claridad en estas historias. Ante la ambigüedad o la información incompleta, aparece el malestar.
En tales situaciones, se activa el instinto humano de "rellenar los espacios en blanco", lo que a menudo conduce a la creación de narraciones subóptimas. El cerebro no busca matices; exige un argumento coherente. Si estás al frente de una organización, pronto te darás cuenta del peligro de permitir que proliferen estas historias improvisadas. Pueden distorsionar las percepciones y provocar costosos malentendidos.
Para contrarrestarlo, los líderes deben estar atentos a las narrativas que circulan dentro de sus equipos. Anne Lamott acuñó el término "Primeros borradores de mierda" para describir estas historias iniciales, a menudo erróneas, que nos contamos a nosotros mismos.
Piensa en los primeros borradores que tu equipo puede estar elaborando por miedo o inseguridad. ¿Qué datos que faltan podrían estar alimentando estas narraciones? Afortunadamente, existen dos antídotos contra los SFD. En primer lugar, da prioridad a la transparencia. Una cultura valiente se nutre del intercambio abierto de información. En segundo lugar, programa revisiones periódicas de los SFD. Durante estas sesiones, pide a tu equipo que comparta sus relatos actuales utilizando frases como:
- "Lo que observo en el trabajo es...".
- "La historia que me estoy contando sobre esto es...".
- "Esto me hace sentir..."
- "Esto influye en mis acciones de la siguiente manera...".
Por ejemplo, un miembro del equipo puede expresar su preocupación por tu falta de respuesta a su propuesta. Tu reconocimiento y explicación pueden disipar sus inquietudes, fomentando una cultura de empatía y apertura.
El Poder de los Valores Fundamentales en la Dirección de las Decisiones y la Resiliencia
Piensa en tus valores fundamentales como tu brújula de navegación, que guía cada elección y acción que emprendes.
Cuando sobreviene la adversidad, son estos valores fundamentales los que sirven de catalizador para la resiliencia y el esfuerzo renovado. La investigación de Brené Brown destaca que los líderes más audaces son los que están profundamente conectados a un par de valores clave.
Entonces, ¿cuáles son tus valores clave? Al principio, podrías enumerar varios, pero el reto consiste en destilarlos hasta reducirlos a sólo un par. ¿Por qué sólo dos? Porque una lista concisa es procesable. Una larga lista de valores se convierte en una pieza decorativa, desprovista del poder de influir realmente en el comportamiento.
Identifica tus dos valores fundamentales y deja que te guíen, sobre todo cuando atravieses momentos difíciles.
Perseguir la perfección puede ser la barrera misma del liderazgo genuino, la valentía y la evolución.
Desde nuestros años de formación, dominamos el arte de proteger nuestros corazones contra los sentimientos de inadecuación, dolor y menosprecio. Construimos fortalezas en torno a nuestras acciones, sentimientos y cogniciones, utilizándolas como mecanismo de defensa contra el impredecible mundo exterior.
Sin embargo, para liderar de verdad y vivir con valor, debemos, como dice el refrán, "comprometernos" con nuestras vulnerabilidades. El primer paso en este camino transformador es reconocer los obstáculos que nos impiden abrazar la apertura. A la cabeza de estos obstáculos está la búsqueda de la perfección.
Para evolucionar realmente hacia líderes audaces, debemos desechar nuestras tendencias perfeccionistas. Sin embargo, antes de poder hacerlo, debemos desacreditar un concepto erróneo muy extendido: la idea de que el perfeccionismo es virtuoso.
Puede que tengas la impresión de que el perfeccionismo es sinónimo de superación personal y búsqueda de la excelencia. Pero si lo miras más de cerca, es evidente que el perfeccionismo es principalmente una búsqueda de validación externa. Muchos perfeccionistas crecen en entornos donde se alaban sus logros sobresalientes. En consecuencia, cultivan un sistema de creencias perjudicial que persiste en la edad adulta, en el que equiparan su autoestima con sus logros y su ejecución impecable.
Esta mentalidad puede atraparnos en un ciclo incesante de búsqueda de validación, actuación para un público y rivalidad malsana. Por el contrario, las personas con un auténtico deseo de éxito son introspectivas. Reflexionan constantemente: "¿Cómo puedo mejorar?", en lugar de "¿Cómo me percibirán los demás?".
Pero el perfeccionismo tiene un aspecto más siniestro, que va más allá de la mera búsqueda de validación.
Los estudios indican que el perfeccionismo se correlaciona con la adicción, la depresión y la ansiedad. Además, los perfeccionistas suelen pasar por alto las oportunidades y se ven acosados por la indecisión, lo que les impide participar plenamente. Su aprensión a las críticas o a no cumplir las expectativas externas les impide entrar en el caótico reino de la existencia, donde tienen lugar la auténtica competición y la búsqueda de la excelencia sin parangón.
Para emerger como un líder intrépido, deshazte del manto del perfeccionismo y lánzate de cabeza a los retos de la vida. Aunque puedas flaquear ocasionalmente, adquirirás un rasgo inestimable en el proceso: la audacia de prosperar y guiar.
Conclusiones
Abrazar la vulnerabilidad allana el camino a la valentía y la innovación. Al renunciar a las inclinaciones perfeccionistas y al temor a los contratiempos, descubres la tenacidad para perfeccionarte y para entablar diálogos cruciales y desafiantes con tus compañeros. En esencia, para ascender como líder pionero, debes aprovechar todo el espectro de tus emociones.
He aquí una pepita de sabiduría para reflexionar:
Profundiza en tus emociones en lugar de reprimirlas. Nuestra reacción instintiva ante la vulnerabilidad suele ser descartarla. Recurrimos a distracciones, ya sea alcohol, comida o terapia de compras. Pero antes de entregarte a esa generosa copa de vino o a un postre reconfortante, haz una introspección: ¿Qué estoy experimentando realmente y cuál es el origen de esta emoción? Reconocer la causa raíz te permite discernir qué te saciará y rejuvenecerá de verdad.