Colaboración radical
Cinco habilidades esenciales para superar la actitud defensiva y establecer relaciones fructíferas
Por James W. Tamm y Ronald J. Luyet
"Colaboración radical" (2004) profundiza en el arte de forjar relaciones de equipo potentes y sinérgicas, presentando estrategias para sortear cualquier posible conflicto. En el centro de estas estrategias se encuentran cinco habilidades fundamentales que pueden transformar a cualquiera en un jugador de equipo ejemplar y elevar cualquier organización a una entidad cohesionada y productiva.
Sobre los autores
James W. Tamm cuenta con una impresionante experiencia en la resolución de conflictos, habiendo pasado años fomentando atmósferas de colaboración. Con un historial como profesor de Derecho y juez en California, ahora dirige la consultora Business Consultants Network Inc.
Ronald J. Luyet, cofundador del Green Zone Culture Group, ha contribuido decisivamente a ayudar a las empresas a establecer sus culturas de colaboración. Ocupa un alto cargo en Business Consultants Network y es coautor del influyente libro "Where Freedom Begins: El proceso del cambio personal".
Introducción
Descubra los secretos para convertirse en un excepcional jugador de equipo.
Cuando oímos nombres como Bill Gates, Steve Jobs o Elon Musk, resulta tentador imaginar el éxito en solitario. Sin embargo, si profundizamos un poco más, se hace evidente que el triunfo a menudo se basa en la capacidad de forjar colaboraciones estelares.
Esta esencia colaborativa es cada vez más crucial en el mundo actual. Reflexiona sobre un estudio de Harvard Business Review de enero de 2016, en el que se destacaba que, en las dos últimas décadas, el tiempo que directivos y empleados invierten en el trabajo en equipo se ha multiplicado por dos.
Entonces, ¿cómo puede optimizar sus esfuerzos de equipo? Este resumen le mostrará las estrategias esenciales para poner en marcha sus esfuerzos de colaboración.
En este resumen, descubrirá:
La esencia de la zona verde;
La importancia de alinear las acciones con las palabras; y
El arte del consenso a través de diseños de paja.
Colaboración: Una mezcla de intención genuina y desinterés.
El panorama empresarial actual está intrincadamente entretejido, con equipos dispersos por todo el mundo. Sin embargo, gracias a la comunicación digital, pueden trabajar en tándem como si compartieran oficina. Por eso es indispensable dominar el arte de la colaboración.
Profundicemos en las cinco habilidades fundamentales que todo colaborador experto debe poseer, habilidades que prometen mejorar no sólo sus relaciones profesionales, sino también las personales.
Todo trabajo en equipo con éxito se basa en motivos auténticos. Esto nos lleva a la primera habilidad: la intención colaborativa, que resume la esencia de una mentalidad colaborativa.
Para asegurarte de que vas por el buen camino, es imprescindible alejarte de la zona roja y anclarte en la zona verde.
La zona roja es el reino de la actitud defensiva, dominada por la autopreservación y el deseo de eclipsar a los compañeros. En ella, la atención no se centra en soluciones innovadoras o beneficios mutuos, sino que las ambiciones personales conducen a la discordia.
El espacio ideal es la zona verde, caracterizada por el compromiso de fomentar colaboraciones duraderas y fructíferas. Aquí, los individuos evitan las ganancias personales y se esfuerzan por encontrar soluciones que beneficien a todos.
Sin embargo, no es infrecuente que los individuos crean que están en la zona verde, sólo para descarrilar inadvertidamente un proyecto de la zona roja.
De ahí que sea crucial ser consciente de uno mismo y receptivo a los comentarios de los compañeros.
Un ejercicio constructivo sería pedir a los miembros del equipo que enumeren diez adjetivos que encapsulen su comportamiento o enfoque.
Esté atento a calificativos como "defensivo", "reservado", "tenso" o "rival". Son señales de alarma que indican una mentalidad de zona roja. Anima a tus compañeros a que te señalen los casos en los que hayas exagerado asuntos menores, para asegurarte de que sigues anclado en la zona verde.
Liderar con transparencia garantiza que sus mensajes fundamentales resuenen y sean comprendidos.
Al navegar por la intrincada danza de las relaciones humanas, uno se da cuenta rápidamente de la importancia primordial de la confianza, la franqueza y la vulnerabilidad.
Del mismo modo, en el ámbito de la colaboración profesional, la autenticidad es lo más importante. La estrategia de liderar con transparencia es una potente herramienta para que los equipos fomenten diálogos francos sobre los retos emergentes, abordándolos de frente antes de que se conviertan en crisis.
Un escollo frecuente para muchos líderes es la vacilación a la hora de abordar las preocupaciones con los miembros del equipo, a menudo por miedo a causar incomodidad o tensión.
Liderar con transparencia puede disipar esos temores. Puede ser iniciando una conversación con: "Hay un tema difícil que tenemos que abordar, pero debes saber que esto no disminuye el inmenso valor que aportas a nuestros esfuerzos colectivos".
Sin embargo, la comunicación eficaz no consiste únicamente en las palabras que pronuncias. Es crucial asegurarse de que el mensaje es inequívoco y no contiene ninguna señal no verbal que pueda confundir su esencia.
Imagínate que profesas amor con un tono sarcástico o una mirada de soslayo. ¿El resultado? Un mensaje contradictorio y desconcertante.
Del mismo modo, en un entorno de colaboración, la claridad en la comunicación, desprovista de acciones contradictorias, es clave. Así evitarás que tus compañeros duden de tu sinceridad.
Alinea tus señales verbales y no verbales. Si la puntualidad es su grito de guerra, asegúrese de ser el epítome de ella. Para que un equipo esté cohesionado y anclado en la confianza mutua, es imprescindible que los líderes ejemplifiquen las normas que establecen.
La escucha activa es la piedra angular de las colaboraciones fructíferas.
La esencia de una colaboración sólida y fiable reside en la reciprocidad: el equilibrio entre la expresión genuina y la escucha intencionada.
De hecho, el arte de escuchar trasciende el mero intercambio de información; fomenta conexiones más profundas.
Cuando las personas perciben tu atención constante, se sienten más inclinadas a articular sus pensamientos meticulosamente y a compartir con franqueza, enriqueciendo el diálogo.
Para mejorar su capacidad de escucha, adopte la mentalidad de "buscar para comprender".
Este enfoque consiste en sumergirse de lleno en la narración del interlocutor, resistiendo el impulso de intervenir o dirigir la conversación. Un oyente realmente comprometido puede responder: "Me encantaría saber más" o "¿De verdad? Continúe", mostrando un interés genuino.
Además, la escucha auténtica va más allá de repetir como un loro las palabras del interlocutor. Se trata de resonar emocionalmente con su mensaje.
Una respuesta atenta también tiene en cuenta otras señales sutiles del interlocutor, desde los matices de su voz hasta sus gestos expresivos.
Acepta el poder de elegir y haz tuyas tus decisiones
¿Alguna vez has sentido que el guión de tu vida ya estaba escrito para ti? Si es así, puede que esté pasando por alto el profundo impacto de sus decisiones diarias.
Esta actitud puede obstaculizar el trabajo en equipo eficaz. Tus decisiones influyen no sólo en tu trayectoria, sino también en la de los que te rodean.
Recuerda que cada día estás al timón del barco de tu vida. Desde tu lugar de trabajo hasta tus compañeros, e incluso cómo asignas tus horas, todas son decisiones que tú tomas.
Alinearse con las decisiones correctas es sinónimo de asumir la responsabilidad. Si tu trabajo actual no te hace feliz, es fácil culpar a tus superiores o compañeros. Sin embargo, es crucial reflexionar y reconocer que tu posición actual es el resultado de elecciones pasadas.
Nadie prospera en compañía de un perpetuo culpabilizador. Si tu objetivo es colaborar en armonía, es hora de cultivar la responsabilidad propia.
Esto significa comprender que tanto la vida profesional como la personal están determinadas por decisiones. Si el trabajo te parece abrumador, no te regodees. Inicia una conversación con tu superior en busca de soluciones para mejorar tu eficacia.
Cultive el autoconocimiento para armonizar con su equipo
¿Te has preguntado alguna vez cuál es la salsa secreta que se esconde tras la sinergia de un equipo? Sumérgete en la teoría FIRO, acrónimo de Orientación Fundamental de las Relaciones Interpersonales.
Destaca tres rasgos fundamentales -inclusión, control y apertura- que dictan nuestro cociente de compatibilidad con los demás.
Impulsados por nuestras aspiraciones y aprensiones, todos anhelamos la validación y tememos los sentimientos de inadecuación o abandono.
Estas emociones pueden esculpir nuestra dinámica interpersonal. Por ejemplo, si luchas contra una baja autoestima o temes el abandono, es posible que anheles una mayor inclusión. Este anhelo puede yuxtaponerse a una reticencia a incluir a los demás, lo que indica un déficit de apertura.
Aquí entra en juego la cuarta habilidad fundamental: la autoconciencia.
Se trata de reconocer tu paisaje emocional y discernir cómo contrasta con el de los demás. Esta claridad puede guiarte para integrarte perfectamente en tu equipo.
Reflexione sobre lo siguiente: "¿Cómo se alinean mis inclinaciones hacia la inclusión, el control y la apertura con las de mis colegas?". A medida que vayas desenterrando ideas, calibrarás tu espectro de compatibilidad.
Imagina que eres un director general con inclinación por la inclusión. Si bien resonaría con compañeros de ideas afines, es posible que tenga que recalibrar su enfoque con aquellos que aprecian la soledad.
En última instancia, la adaptabilidad es el eje de las colaboraciones fructíferas y la creación de vínculos con tu equipo.
La resolución de conflictos empieza por la empatía y la claridad
Incluso con las mejores intenciones, las colaboraciones pueden toparse con aguas turbulentas.
Esto nos lleva a la habilidad por excelencia para alimentar los lazos de colaboración: la gestión de conflictos.
Una estrategia potente es el enfoque basado en los intereses, un método estructurado que prioriza los intereses de todos en un desacuerdo.
El primer paso es fomentar un ambiente integrador. Las comprobaciones periódicas pueden ayudar a calibrar el apetito de inclusión de los miembros del equipo, garantizando que todos se sientan valorados.
Una vez que haya tomado el pulso, adapte su enfoque. Por ejemplo, si un miembro del equipo desea una interacción más directa, opte por las charlas cara a cara en lugar de la comunicación digital.
Posteriormente, cristalice los retos en el punto de mira.
Evite la trampa de las discusiones prolongadas que divagan sin abordar la cuestión central.
Las complejidades pueden enturbiar las aguas. Mientras que la dirección puede atribuir la disminución de la asistencia de los empleados a quejas salariales, RR.HH. puede percibirlo como un problema de moral. Ambos pueden ser válidos. De ahí que el papel del mediador consista en delimitar la cuestión con precisión.
Reconozca lo que está en juego: Comprende los deseos de todos, incluido el tuyo, y ten una estrategia de respaldo.
En la tercera fase, después de discernir las aspiraciones de cada parte en un desacuerdo, es fundamental hacer introspección e identificar tus propios deseos.
Tus deseos son distintos de tu postura no negociable. Mientras que tu postura no negociable es el resultado que persigues, tus deseos son adaptables y deben ser tu punto de mira.
Imagina que quieres vender un coche por 8.000 dólares. Otro conocido necesita un vehículo, pero su presupuesto máximo es de 7.000 dólares. Tu postura innegociable es la intención de vender el coche. Sin embargo, las herramientas a tu disposición, como el precio de venta, son maleables. ¿Podría haber espacio para un término medio, digamos 7.500 $, si incluyes ventajas adicionales como un portabicicletas y un neumático extra?
Es igualmente importante diseñar una estrategia de reserva en caso de que no se llegue a un término medio.
Una estrategia de respaldo bien pensada actúa como piedra de toque crucial a la hora de determinar qué es lo que más te conviene.
Por ejemplo, si surge un desacuerdo entre usted y un vecino por la retirada de un árbol, saber que el plan alternativo es recurrir a un tribunal de menor cuantía puede ser instructivo. Esta previsión le permite sopesar con más criterio las propuestas de su vecino. Incluso si recibir un reembolso parcial por la retirada del árbol no es su primera opción, puede ser más favorable que los posibles recursos gastados en una batalla judicial.
Esta claridad sólo es posible cuando ya existe una estrategia de respaldo.
Diseccionar el problema: Segmentar las cuestiones para desvelar diversas soluciones a considerar.
Pasemos ahora a la última fase del enfoque centrado en los intereses para gestionar los desacuerdos.
El objetivo final es encontrar soluciones de compromiso inventivas para el conflicto. Esto resulta más factible cuando se disecciona el desacuerdo en cuestiones más granulares y específicas.
Pensemos en una huelga sindical. A menudo, el diálogo entre el sindicato y la dirección puede estancarse en cuestiones salariales. Sin embargo, segmentar el tema salarial puede iluminar el camino hacia la resolución.
Por ejemplo, si la atención se centra en el aumento del salario por hora que desea el sindicato, pueden proponerse varias alternativas para canalizar ese incremento hacia los empleados. ¿Podría distribuirse en forma de primas anuales? ¿O tal vez repartirlo en partes al alcanzar determinados hitos?
Si se discute a fondo y se comprenden los intereses de cada uno, debería surgir una plétora de soluciones potenciales. La tarea consiste entonces en cribarlas e identificar la más viable. Una técnica valiosa es el modelo de la paja.
Consiste en evaluar metódicamente cada solución y, a continuación, una de las partes redacta un "modelo de paja" inicial de un posible acuerdo. El término "paja" se refiere a la adaptabilidad del acuerdo.
Una vez redactado, puede compartirse para recabar opiniones colectivas que sirvan de base para perfeccionarlo.
En el escenario de la huelga laboral, las ideas de primas anuales y recompensas basadas en hitos pueden transformarse en distintos borradores, que circulan para obtener más información. Este proceso iterativo continúa hasta que, gradualmente, se alcanza un consenso que resuena en todas las partes.
Conclusiones
La idea central de este artículo:
En nuestra intrincada sociedad global, el arte de la colaboración es primordial. Es esencial identificar y perfeccionar las habilidades vitales para fomentar y mantener los lazos de colaboración. Un elemento fundamental en este camino es dominar la resolución de conflictos. Esto implica calibrar los sentimientos de todas las partes implicadas y elaborar una solución que obtenga la aprobación unánime.
Paso práctico: Involucrar a todos los participantes en una sesión creativa.
Cuando se enfrente al reto de idear soluciones innovadoras a un desacuerdo, considere la posibilidad de organizar una sesión colectiva de intercambio de ideas. Este método no sólo amplía el acervo de ideas, sino que también garantiza una participación equitativa. Anima a todas las partes en conflicto a que anoten sus ideas. Este enfoque proactivo evita que una de las partes eclipse a las demás con un aluvión de sugerencias.
Lectura adicional recomendada: Inteligencia colaborativa, de Dawna Markova, Ph.D. y Angie McArthur
Inteligencia colaborativa (2015) ofrece ideas para cultivar tu destreza intelectual distintiva aprovechando tus procesos de pensamiento individuales. Este resumen te guiará en el reconocimiento y amplificación de tus puntos fuertes y los de tus compañeros, afinando tus interacciones en el proceso.