Cómo trabajar con (casi) cualquier persona
Cinco preguntas para construir las mejores relaciones posibles
Michael Bungay Stanier
Acerca del libro
Dominar la danza de las dinámicas en el lugar de trabajo (2023) profundiza en la intrincada coreografía de las interacciones profesionales. Ofrece ideas para fomentar colaboraciones significativas defendiendo una comunicación transparente, cultivando la curiosidad y generando confianza.
Acerca del autor
Michael Bungay Stanier, célebre escritor y visionario de Box of Crayons, una empresa dedicada a las experiencias de aprendizaje transformadoras. Su ilustre cartera incluye títulos aclamados como The Coaching Blueprint y The First Step.
Navegar por el intrincado ballet de las interacciones profesionales.
Navegar por el mundo de las interacciones humanas se asemeja a una danza. Cada día, se te presenta un tapiz diverso de personalidades, temperamentos y enfoques. La danza se vuelve aún más intrincada en el ámbito profesional, donde cada paso, giro o paso en falso puede influir en la trayectoria de tu organización. ¿El reto? Descifrar el ritmo de estas interacciones, crear diálogos armoniosos y coreografiar vínculos profesionales duraderos.
¿Y si pudieras entrar en cada baile con un conocimiento más profundo de los puntos fuertes, las inclinaciones y las historias de tu pareja? Imagina relaciones ancladas no en la serendipia o las suposiciones, sino en la comprensión, la admiración mutua y una visión compartida.
En este resumen, te guiaremos a través de estrategias para defender una comunicación transparente, sentando las bases de unos vínculos profesionales sólidos. Descubrirás el poder de fomentar la curiosidad, defender la vulnerabilidad y mostrar compasión para generar confianza y trabajo en equipo. Las recalibraciones periódicas, las reparaciones oportunas y los nuevos comienzos ocasionales son fundamentales para mantener estos vínculos. Y lo que es más importante, dominarás el arte de distinguir los hechos de los sentimientos y percepciones, una habilidad vital para entender el ballet de los compromisos profesionales.
Crear vínculos profesionales duraderos.
Imagínate en una cocina vibrante, el corazón palpitante de un restaurante de categoría mundial. El aire está cargado de aromas embriagadores de hierbas exóticas mientras los maestros cocineros cortan, fríen y adornan con arte. Detrás de cada plato gourmet hay una saga de meticulosa preparación, selección de ingredientes y un profundo conocimiento de la armonización de sabores. Elaborar un plato memorable no es una mera amalgama de última hora; es un viaje que comienza mucho antes de que los ingredientes se encuentren con la llama.
Ahora, reimagina esa cocina como tu espacio de trabajo, y esos platos gourmet como los sólidos vínculos empresariales que pretendes cultivar. El plan para una colaboración fructífera, similar a nuestra analogía gourmet, exige un diálogo estratégico. ¿Tu misión? Orquestar una conversación angular, el eje que solidifica y sostiene las relaciones.
Empieza con la Consulta Amplifica: ¿Cuál es tu cenit? Al igual que disciernes el ingrediente estrella de un plato, identifica las proezas y momentos destacados de tus compañeros. Reconocer su punto fuerte te permite aprovechar el genio colectivo, encendiendo una sinergia en la que ambas partes irradian brillantez.
A continuación, infunde la Investigación de la Coherencia: ¿Cuál es tu modus operandi? En las artes culinarias, se trata de captar la textura de cada ingrediente. En el ámbito empresarial, se trata de descifrar los ritmos de trabajo y las preferencias. Esta percepción ayuda a descubrir posibles catalizadores de colaboración o contrastes armonizadores.
Nuestro tercer componente es la Investigación del Recuerdo Dorado: ¿Qué lecciones se esconden en los triunfos pasados? Intercambiar historias de victorias pasadas es similar a intercambiar preciadas recetas familiares. Prepara el terreno para repetir éxitos pasados, con la serendipia, la oportunidad y la diligencia como elementos mágicos.
A continuación, la indagación sobre la lección de la pérdida: ¿Qué sabiduría surge de los reveses del pasado? Al igual que los chefs evolucionan a partir de sus desventuras culinarias, tú también puedes extraer enseñanzas de los contratiempos profesionales. Reflexionar sobre estos episodios agudiza la autoconciencia y te aleja de los escollos recurrentes.
Por último, mezcla la Investigación sobre la Restauración: ¿Cómo reparamos las inevitables desavenencias? Éste es el toque final que perfecciona el plato, reconociendo que los contratiempos ocasionales son normales. La destreza para identificar problemas, permanecer alineado con la misión, empatizar, desactivar y rejuvenecer fortalece vuestro vínculo profesional.
Con estos elementos a tu disposición, estás preparado para orquestar una conversación clave, la base de toda relación duradera.
Conversaciones angulares
Imagina la estructuración de una conversación angular como el montaje de un mosaico cautivador. Cada fragmento puede parecer aislado al principio, pero cuando se entrelazan, desvelan un cuadro armonioso. Este es el epítome de la conversación angular, la base de tu Relación Profesional Óptima (RPO) con tus compañeros.
Aventurarse en este terreno puede evocar inquietud y temor, pero es normal. ¿El mosaico inaugural? Tomar la iniciativa. Independientemente de la relación existente, siempre hay margen para hacer una pausa, extender una rama de olivo y preparar el terreno para la conversación fundamental.
Evita las insinuaciones premonitorias de “Hablemos”. Opta por la lucidez y el propósito, articulando tu objetivo. Tal vez algo parecido a: “He estado reflexionando sobre cómo mejorar nuestra colaboración”. Presenta el quinteto de preguntas para el debate, concediendo a tu compañero un amplio tiempo de reflexión.
Crear un ambiente agradable es tan importante como la elección de las palabras. Procura que el diálogo resulte seguro y acogedor. Optar por un entorno neutral nivela el campo de juego, fomentando los intercambios sinceros. Tu comportamiento es igualmente fundamental: acércate con positividad, gratitud y el corazón abierto.
A medida que se desarrolla el diálogo, mantente anclado en la curiosidad, resistiendo la tentación de precipitarte. Cada fragmento del mosaico merece atención, especialmente los ligeramente irregulares, los que se refieren a decepciones pasadas o ambigüedades inminentes. Estimula inmersiones más profundas con preguntas como: “¿Podrías profundizar en eso?” o “Eso es intrigante, ¿cómo ha resonado en ti?”. Tus propias narraciones y puntos de vista enriquecen el diálogo.
Al final de la conversación, es fundamental reflexionar sobre los fragmentos interconectados. ¿Qué revelaciones surgieron? ¿Qué segmentos fueron especialmente esclarecedores o inesperados? Utiliza reflexiones como: “Un momento destacado para mí fue cuando…” o “Tus ideas sobre… fueron realmente reveladoras”.
Agradece a tu compañero su tiempo, su franqueza y el esfuerzo conjunto por fortalecer el vínculo. Una simple pregunta como “¿Qué ideas has sacado de nuestro intercambio?” puede resaltar el valor del diálogo.
¡Enhorabuena! Has orquestado tu primera conversación angular, sentando las bases de tu OPR. Pero recuerda que, al igual que se conserva el encanto de un mosaico, este vínculo requiere un cuidado continuo. Esto no es más que el principio.
Crear el vínculo profesional definitivo
Visualiza el arte de forjar el Último Lazo Profesional (UPB) como dos bailarines en perfecta sincronía. Cada bailarín, con su ritmo único, se une para crear una actuación armoniosa. Como estos bailarines, tú y tu colega tenéis puntos fuertes individuales, pero juntos podéis crear una obra maestra. He aquí una guía de seis pasos para coreografiar esta danza.
En primer lugar, defiende la curiosidad. Piensa en un coreógrafo que se encuentra con una nueva forma de danza. No tiene una visión completa, así que sumergirse con el corazón abierto y la curiosidad es clave. Si el movimiento de un colega te sorprende, abstente de hacer suposiciones. En lugar de eso, profundiza para comprender su punto de vista.
En segundo lugar, defiende la transparencia. Recuerda que, al igual que tú puedes no estar seguro del siguiente paso, tu pareja de baile también puede estarlo. Evita contenerte. Si el ritmo de un proyecto te preocupa, dilo. Esta transparencia compartida puede ser la base de la confianza mutua.
En tercer lugar, presta atención a las palabras de Maya Angelou: “La gente olvidará lo que dijiste… pero nunca olvidará cómo les hiciste sentir”. Dirige siempre con buena voluntad. Si un día un colega parece fuera de sí, responde con compasión en lugar de con crítica. Al defender la empatía, alimentas un vínculo más armonioso.
Estos tres pasos iniciales forman tu base de baile. Ahora, profundicemos en el siguiente trío que afina la coreografía.
Empieza por mantenerte adaptable. Si percibes un cambio en el ritmo de tu colega o en el tempo del proyecto, es una señal para modificar tus pasos. En los momentos de armonía, amplifica aún más vuestro vínculo.
Luego, enmendadlo con coherencia. Un bailarín no pasaría por alto un paso en falso; lo corregiría inmediatamente. Del mismo modo, si un error de comunicación perturba vuestro vínculo, afróntalo y busca una solución.
Por último, prepárate para empezar de nuevo cuando sea necesario. Igual que los coreógrafos a veces rehacen secuencias enteras, no dudes en recalibrar la dinámica de tu vínculo. Un nuevo comienzo puede ser el catalizador para elevar tu UPB.
Con estos seis pasos a tu disposición, no sólo te estarás moviendo al compás de la vasta danza de las relaciones profesionales: estarás dirigiendo con un propósito. Las secciones siguientes perfeccionarán tu capacidad para discernir los matices de tu vínculo, permitiéndote afinar tu danza.
Trazar Percepciones, Interpretaciones, Emociones y Deseos
Imagina que te embarcas en una expedición en territorio desconocido. Históricamente, un explorador no partiría sin un mapa meticulosamente elaborado. Sin embargo, en nuestra era digital, muchos confían en las indicaciones instantáneas en línea.
Dominar tu Vínculo Profesional Definitivo exige volver a lo tradicional. Debes trazar este terreno desconocido, discerniendo cuándo adaptarte, reparar y reiniciar. Para guiarte, se plantean dos preguntas fundamentales.
La primera pregunta es: ¿Cuál es la realidad? En medio del torbellino de datos, sentimientos y presunciones, las verdades fundamentales pueden desdibujarse. Para disipar esta neblina, imagina categorizar tus percepciones en cuatro compartimentos claros.
En primer lugar, está el compartimento de las pruebas, que alberga verdades indiscutibles. Estos son los puntos que puedes destacar, afirmando: “Esto es un hecho. Esto ocurrió. Es irrefutable”.
Tu siguiente compartimento contiene interpretaciones. Son tus lecturas, percepciones o convicciones personales sobre las pruebas. Puedes unir las interpretaciones a las pruebas con la frase “debido a”. Por ejemplo: “Sentimos la presión (interpretación) debido al inminente plazo del proyecto (prueba)”.
Luego está el compartimento de la emoción. Aquí se recogen tus reacciones emocionales a las interpretaciones que has extraído. Por ejemplo: “Estoy ansioso (emoción) porque estamos sintiendo la presión (interpretación) ante la proximidad de la fecha límite del proyecto (evidencia)”.
Por último, está el compartimento de las aspiraciones. Aquí señalas tus esperanzas o necesidades en un escenario determinado. Desentrañar esto puede ser un reto -a menudo nos cuesta expresar nuestras aspiraciones, o pensamos erróneamente que son evidentes para los demás-, pero es vital. Esto podría resonar así: “Estoy ansioso (emoción) porque estamos bajo presión (interpretación) ante la proximidad de la fecha límite del proyecto (evidencia), y deseo más apoyo del equipo (aspiración)”.
La segunda pregunta fundamental para dirigir tu UPB es: ¿Dónde estoy? Esto se refiere a tu dinámica relacional o a tu postura frente al otro. ¿Diriges o sigues? ¿El baile es igualitario? Es primordial garantizar una dinámica en la que nadie se sienta eclipsado.
Al examinar diligentemente las verdades y calibrar tu postura, elaborarás un mapa detallado del paisaje relacional. Esto te dotará de la perspicacia y la preparación necesarias para adaptarte, reparar y reiniciar tu viaje cuando sea necesario.
Trazar el rumbo: Ajustes, reparaciones y nuevos comienzos
En la gran sinfonía de las relaciones, hay una delicada danza entre dar y recibir. Imagínatelo como una melodía armoniosa, en la que dar es abundante y sostenible, y recibir es amable, desprovisto de codicia. Es crucial aplaudir las notas armoniosas y apreciar los esfuerzos combinados que mantienen vivo el ritmo.
Cuando la música parece discordante, el paso inicial consiste en afinar, remodelando la melodía para alinearla con el ritmo. Pero, a veces, un mero ajuste no basta, y la reparación es la llamada del momento. Piensa en esto como una intervención estratégica: abordar los posibles escollos de forma proactiva, asegurándote de que no se descontrolen. Se trata menos de soluciones instantáneas y más de percibir la falta de armonía.
Comienza con: “Percibo un cambio en nuestra cadencia habitual, ¿va todo bien?”. Esta postura fomenta conversaciones transparentes, que pueden resolver cualquier disonancia antes de que se convierta en una ruptura significativa.
Ocasionalmente, las desavenencias menores pueden convertirse en divisiones profundas. En esos momentos, no retrocedas. Afronta la discordia con lucidez y empatía, distingue entre hechos y percepciones, asume los errores y esfuérzate por lograr una resolución armoniosa. Cuando se navega con cuidado, estos choques pueden metamorfosearse en puentes hacia una comprensión más profunda y unos comienzos renovados.
Pero, ¿y si un nuevo comienzo es la esencia misma de lo que se necesita? Cuando la duda ensombrezca una relación, reflexiona: “¿Ha llegado el momento de empezar de nuevo?”. A veces, los objetivos compartidos permanecen, pero los caminos hacia ellos se han desviado. En este caso, acércate con compasión, curiosidad y dedicación para discernir los pasos en falso.
En raras ocasiones, la melodía puede necesitar un final. Sin embargo, incluso en el cierre, hay gracia. Evita las salidas bruscas o la ruptura de lazos. Visualiza la conclusión como un homenaje a una melodía antaño resonante, valorando el tiempo, la energía y los momentos apreciados. En esencia, concluye con gracia.
Adopta estas estrategias como parte integrante del arte de cultivar relaciones. No son meras herramientas de resolución de conflictos, sino catalizadores para profundizar los vínculos. Actúan como faros que te guían hacia tu Plano de Relación Óptima. Embárcate en este viaje con un corazón expansivo y un espíritu ansioso.
Conclusiones
Las conversaciones centrales sientan las bases de unas relaciones profesionales prósperas. Estas Relaciones Óptimas con los compañeros se cultivan mediante intercambios transparentes, que allanan el camino para la comprensión mutua de los puntos fuertes, las inclinaciones y las historias de cada uno.
Fomentando la curiosidad, defendiendo la vulnerabilidad e irradiando amabilidad, sientas las bases de la confianza y el trabajo en equipo. Los ajustes periódicos, las reparaciones oportunas y, en ocasiones, una revisión total son esenciales para alimentar estos vínculos. También es vital distinguir entre verdades objetivas y emociones, evaluaciones y deseos subjetivos.
Aunque pueda parecer intrincado, recuerda que en esta odisea no estás vagando sin rumbo. Estás dirigiendo, recalibrando y mejorando deliberadamente tus interacciones profesionales. Acoge esta evolución como una oportunidad de oro para forjar conexiones más sólidas e impactantes.